7 de marzo de 2011

Carnaval

Iba a escribir algo más largo, pero creo que los detalles quedan mejor grabados solo en mi memoria.
Asi que resumiré diciendo que lo que prometía ser un gran fin de semana acabó siendo una nueva máscara.

No necesito estar bien para liarla en una fiesta, sociabilizarme o finjir simpatía, pero es un arma de doble filo. Porque acaba llegando un momento en el que solo quiero estar solo, en una esquina y regodearme en mi propia soledad. Y cuando ese momento llega, algunos preguntan que pasa y se ponen pesados. Y cuando no les tienes el más mínimo aprecio, no me importa ser hiriente, de hecho, disfruto con ello. Pero si les tienes cariño, debo evitar eso e intentar que se alejen sin darles un hachazo en el alma.
Y básicamente... eso fue Carnaval.

Cada día me cuesta más fingir que disfruto mi soledad. Digo fingir porque la parte de mi que quiero seguir siendo, finge que la disfruta. Lo otro en lo que no quiero acabar de convertirme, la adora.

Supongo que por eso me ahogan estas ganas de llorar, por el odio que se procesan estos dos hermanos unidos por la misma alma y el mismo cuerpo.

Las cosas no deberían ser así.


Consejo del día: Id a las puertas de los colegios con algún crio, vuestro hermano o hermana pequeña, un sobrino, el hijo del vecino, porque dicen que allí regalan droga a los niños, asi que usadles para ir recogiendo mercancía que luego podreis vender y sacaros unas perrillas. Este es mi consejo de hoy.

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